El lanzamiento de la Campaña fue realizado en la plaza Cienfuegos de la ciudad de Talca, lugar en donde se instalaron dos mesas de consejería para la prevención del VIH/SIDA y se entregó información a más de quinientos consultantes, además de distribuir preservativos.
El objetivo comunicacional de la campaña es lograr una evolución desde el uso ocasional al uso consistente (siempre y en forma correcta) del preservativo como medida preventiva, en toda ocasión de riesgo de transmisión sexual del VIH.
Esta Campaña es un refuerzo o continuación de la VII Campaña (2006) en donde lo que se pretende es estimular en la población, la conversación sobre la propia experiencia sexual, para orientarla hacia una sexualidad del auto y mutuo cuidado, mediante el uso del preservativo, frente al riesgo de contraer el VIH/SIDA.
La población sexualmente activa, objetivo de esta 8va Campaña, es la de los jóvenes de 15-30 años de edad, por ser considerada la de mayor riesgo en contraer el virus. Dado que se inician sexualmente a temprana edad (hombres a los 16 años y mujeres a los 17 años en la región), lo que significa que eventualmente tendrían más parejas sexuales a lo largo de su vida, en esta iniciación sexual, mayoritariamente no ocupan mecanismos de prevención y orientan su primera relación sexual principalmente a la prevención del embarazo, son quienes mayoritariamente, en un 75%, consultan el FONO SIDA.
El Director Regional del INJUV, don Claudio Magna Venegas, señala que dado que en la Región del Maule a agosto del 2006, existen 520 personas notificadas de VIH/SIDA (229 SIDA y 291 Persona Viviendo con el Virus), número significativo de casos, es importante darle la relevancia y la conciencia necesaria a la campaña de prevención. Invitando a todas las personas sobre todo a los jóvenes a participar del tema de la prevención realizando consejería entre pares, promoviendo el auto y mutuo cuidado. Ninguna campaña aislada puede lograr cambiar de manera inmediata y rápida una cultura de la sexualidad largamente arraigada en la sociedad por generaciones. Pero sí puede crear un clima de estimulación de la conversación sobre la propia experiencia sexual que se está viviendo, contribuyendo a poner en marcha el complejo proceso de cambio de las prácticas sexuales, hacia una cultura del auto cuidado frente al riesgo de contraer el VIH por la vía de transmisión sexual.
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